Qué podemos aprender de Japón, el país más seguro del mundo

Japón aparece recurrentemente en las listas de países más seguros del mundo. En este país asiático es posible dejar olvidada tu cartera y regresar confiado de que nadie la ha tomado. Las estadísticas de criminalidad son tan bajas que es raro encontrarse con alguien que haya sido víctima de un crimen y sin duda, ha sido tomado como referente sobre lo que implica ser un país seguro. ¿Qué hace a Japón un país tan seguro?

Los Koban y la policia comunitaria

A lo largo de todo el país hay repartidos más de 6,600 koban, que cuentan con dos o tres policías, o hasta diez, dependiendo el tamaño de la comunidad, que brindan atención a la población. En estos lugares pueden acudir los ciudadanos o los turistas a solicitar información, depositar objetos encontrados, así como solicitar la intervención de la policía en caso de presentarse algún problema.

En énfasis de Japón para el combate al crimen ha estado en la prevención; los miembros del koban realizan recorridos diarios de puerta en puerta por la zona que vigilan para saber lo que está ocurriendo en la comunidad y anticiparse a cualquier actividad ilícita que pueda presentarse.

caseta koban japón

Pero no sólo se trata de la instalación de casetas, es importante que los policías estén adecuadamente capacitados. Los oficiales reciben entrenamiento práctico y educación centrada en valores y disciplina por casi año y medio, antes de poder salir a las calles.

Todo esto favorece un entorno donde no se ve a la policía como enemigos, sino aliados, donde existe un lazo de confianza. Más allá de rigurosas leyes, es un sistema que se basa en el respeto mutuo.

¿Puede funcionar este modelo en otros países?

A través de JICA, Agencia Japonesa de Cooperación Internacional, Japón apoyó en la introducción de un programa de Koban en Brasil, en la región de San Pablo que enfrentaba un grave problema de seguridad. Pero con la implementación de este programa, se redujeron los índices de criminalidad.

Koban en Brasil

Los resultados fueron tan positivos que otros países de América Central decidieron solicitar el apoyo para implementar también el método en sus países. Tal es el caso de Honduras, donde en San Pedro Sula hubo una reducción de 9 homicidios en 2010 a 1 en 2011. Mientras que en Tegucigalpa el número de homicidios se redujo a la mitad de 2012 al 2013.

Fuentes:

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