No estamos en peligro de extinción y tampoco permaneceremos en casa para toda la vida, y este último punto es el que nos hace volver a tener calma después de la preocupación, pero, ¿qué hay de los animales que son extraídos de su hábitat natural para formar parte de nuestro entretenimiento?, ¿les afecta o no, estar lejos del lugar al que pertenecen?
Entre zoológicos, acuarios, circos en su momento, y hasta la invasión de sus propios hábitats, son parte de las actividades de recreación y entretenimiento que los seres humanos hemos adoptado para conocer y acercarnos a muchas especies animales, aunque probablemente hoy en día podríamos darnos cuenta que tal vez no han sido las mejores decisiones o al menos no, si pensamos primero en los animales y no en uno mismo(a).
¿Alguna vez has imaginado qué pasaría, si estos lugares de atracción e interacción con los animales dejarán de existir? Este cuestionamiento podría hacerse realidad en dos planos distintos, el primero es dejarlos libres, que vuelvan al lugar al que pertenecen y disfruten de la naturaleza, así como nosotros lo hacemos, o el segundo plano y el más cercano tal vez, que muchas especies comienzan a ponerse en peligro de extinción.
La invitación para reflexionar sobre las acciones del ser humano hacia el resto de la naturaleza está abierta, y mejor aún si decidimos acompañar esta reflexión acompañada de acciones que enmienden las faltas de atención y respeto hacia los animales y todos los seres vivos que nos rodean.