Un extenso territorio ubicado al sur de la Ciudad de México, es conocido principalmente por sus parques y bosques, pero poco se aprecia sobre el papel ambiental que desempeña.
El Parque Nacional Cumbres del Ajusco, fue fundado en 1936 y desde entonces es un sitio donde habitan cientos de especies de flora y fauna.

Y es ahí donde también se encuentra el corredor biológico Chichinautzin-Ajusco, que se conforma por cien conos volcánicos.
A pesar de ello y de ser un sitio conocido por turistas y nativos de la ciudad, su naturaleza está en peligro debido a la contaminación y la urbanización.

Ante esto, a través del Centro Comunitario Ahuayoto, el biólogo Mario Castañeda, fomenta una educación ambiental para su conservación.
A través de prácticas de ecoturismo como el senderismo, muestra a los visitantes como conocer y cuidar el bosque con actividades de bajo impacto.