Agiotismo

La educación financiera básica es fundamental para el bien común.

Por: José Saade Kanán

“La educación financiera permite que las personas adquieran conocimientos y habilidades básicas para administrar mejor sus recursos, incrementen y protejan su patrimonio con la ayuda del uso adecuado y responsable de los productos y servicios financieros.”

CONDUSEF

Y aunque el concepto de educación financiera abarque diversos aspectos como el ahorro, la administración de recursos, créditos, seguros e inversiones, en este artículo quiero profundizar en el tema de los créditos entre particulares, y el agiotismo en concreto.

Toda persona adulta en algún momento de su vida necesita de un préstamo para salir adelante. Así es como lo hacen las micro y las grandes empresas, todas en algún momento recurren a este instrumento financiero.

Lamentablemente, existe un vacío en el sistema financiero mexicano que provoca que muchísima gente quede sin posibilidades de acceder a un crédito con una institución financiera.

Voy a tratar de explicar el fenómeno del agiotismo con un ejemplo muy claro, que, además, es real.

Ejemplo

Alguna vez, platicando con trabajadores de una empresa, me enteré de una señora que, en un inicio, les vendía ropa, zapatos y accesorios, y lo cobraba de manera semanal.

De ese modo, los trabajadores se podían hacer de sus cosas, con cómodos pagos semanales. Hasta ahí, todo pintaba muy bien.

El problema fue cuando llegó la pandemia. Las ventas de la señora bajaron y encontró una nueva posibilidad de negocio.

La trampa ocurrió así: la señora les prestaba dinero, desde $1,000.00, y por cada $1,000.00, el trabajador tenía que hacer 16 pagos de $100.00. Visto de cierto modo, pueden parecer pagos muy cómodos, pero pocos se ponen a pensar que estamos hablando del 60% de intereses.

Lo grave fue que casi nadie pedía solo $1,000.00. La mayoría pedía arriba de $8,000.00, cuestión que representa 16 pagos de $800. Ahí es donde el trabajador se termina ahorcando, porque tiene que dar la mitad de su sueldo semanal durante 4 MESES. Se vuelve entonces una situación complicada.

Es normal que el trabajador necesite de un préstamo, y es justo que haya alguien que se lo pueda facilitar; el problema está en los intereses que cobran por ese préstamo.

Estamos hablando del 15% mensual, e incluso he oído de casos en que se cobra hasta el 30% o 40% mensual.

Es imposible de pagar un préstamo así. Lo más grave es que, si no reciben el pago en forma, la manera de cobrar de dichas personas se vuelve violenta.

Primero, comienzan por amenazar a los deudores; más tarde, cuando los deudores son comerciantes, hay casos en que violentan sus negocios, e incluso los llegan a quemar, de modo que los comerciantes pierden todo su patrimonio.

Por el bien de todo, es importante crear conciencia, tanto en los trabajadores, como en los empleadores. Como empleador, hay muchas soluciones que le podemos dar a este problema.

De inicio, concientizar a tus trabajadores de que es muy peligroso que recurran a préstamos informales y recomendarles que no se dejen llevar por el “pago chiquito” semanal; pero, además, también como empleador puedes ayudar a tus trabajadores, ofreciéndoles un préstamo tú mismo. Claro, con ciertas limitaciones.

Hay empleadores que tienen ciertas reglas para poder dar un préstamo a sus trabajadores (antigüedad, monto del préstamo no mayor al finiquito que correspondería en caso de que se vaya, un plazo determinado, etc).

La mayor ventaja es que se trata de dinero que el empleador no va a perder, porque al final se cobra de la propia nómina del trabajador.

Entiendo que no todos los empleadores tienen la posibilidad de hacer préstamos a sus trabajadores, pero los que la tienen háganlo, y los que no, hay muchas alternativas para sus trabajadores. Hay créditos con descuento vía nómina de instituciones financieras reguladas, que además cobran un interés JUSTO. 

Es inevitable que a lo largo de la vida todas las personas realicen decisiones financieras. La educación financiera nos ayuda a tener las mejores herramientas para tomar esas decisiones. En próximos artículos profundizaré en otros temas importantes para mejorar la educación financiera de todos, desde el manejo de las tarjetas de crédito, hasta cómo empezar a realizar inversiones.

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